Hace unos días se nos iba la gran diva hollywoodiense que a tantos personajes sensuales y apasionados dió vida en el celuloide. Pero Elisabeth Taylor no sólo fue apasionada en la pantalla, sino también en la vida real, como todo el mundo sabe. Lo que era secreto hasta su reciente fallecimiento era la identidad del auténtico amor de su vida, que ni de lejos era Richard Burton...
Liz Taylor pisó España de manera privada varias veces antes de sus primeras visitas "oficiales", y allí conoció al auténtico macho ibérico que la haría perder la cabeza por toda la eternidad. Así como Ava Gadner tuvo la fortuna de compartir una noche con el inolvidable Fary, la Taylor se quedó prendada de uno de los aragoneses más universales de todos los tiempos: Paco Martínez Soria.
El diario de Liz, que fue enviado a Frikyleaks por uno de nuestros contactos americanos, revela una desbordante pasión basada en la potencia sexual de Paco, "una auténtica máquina del sexo" según las propias palabras de la Taylor. "Es incansable e insaciable hasta el infinito, basta decirle que no es capaz de hacer algo para que se ponga cabezón y lo haga. La última noche le dije que no era capaz de hacer el helicóptero. ¡y casi salgo volando con su impulso!". Lo que más le sorprendía era que un hombre 30 años mayor que ella fuera capaz de esas proezas; "Paquito me decía que eran los adoquines de la Virgen del Pilar los que le daban tanta energía, y no me extraña, porque los engullía a puñados.".
Pero claro, don Paco no podía dejar en la estacada a su esposa y sus hijos por la bella británica, y le partió el corazón. "Nunca le olvidaré...", relatan las páginas llenas de lagrimones del diario de Liz, "por eso siempre le pedía a Richard (Burton) que pusiera acento maño, que ya que de cara se parecía a Paco, a ver si así conseguía que fuera tan machote como él. Se lo tomaba tan a mal que nos costó divorciarnos dos veces.".
La veracidad del relato está contrastada por el espíritu de Martínez Soria, que al ser preguntado por la ouija de la redacción nos ha dicho: "¡¡Ísábélítá!! Sí húbíéás síó dé Zárágózá!!!!".