domingo, 23 de enero de 2011

Un señor de Cuenca muy peligroso

Cuando a la mente de uno acude la imagen de José Luis Perales, aparte de ciertos escalofríos, acuden sus melodías y sus letras de gente de pueblo, de chimenea y castañas, de hatos de paja y ovejos. Pues bien, las últimas investigaciones realizadas por el Mossad han derivado en un informe que pone de manifiesto que estas letras no son tan inocentes como podríamos pensar en un inicio.

Soy un revolucionario radical, se nota en mi cara.


El informe, además de una extensa introducción biográfica donde se ponen de manifiesto hechos pocos conocidos (su adicción a las palomitas de maiz, sus acentuados dolores de cervicales por su postura al cantar, su pertenencia a las chirigotas del Puerto de Santa María...), analiza una a una sus canciones. "No hay duda de que la archiconocida '¿Y cómo es él?' es una canción con claros mensajes anticlericales, pues manifiesta el abandono por parte de una miembro del hogar por abrazar el cristianismo, algo que nos alegra enormemente como judíos.". Otras canciones tienen una prominente carga política, como "Un velero llamado libertad" ("un auténtico himno a la rebeldía anarquista"), incluyendo una ácida crítica a la jerarquía de los regímenes autoritarios (se pone de ejemplo "Las cosas de doña Asunción") y pasando incluso a perversiones sexuales muy acentuadas ("Marinero de luces" se define como "una apología de la necrofilia").

Haciendo gala de nuestro rigor periodístico y con el ansia de contrastar las fuentes nos hemos puesto en contacto con el señor Perales, pero su secretaria personal nos ha comentado que no podía atendernos por encontrarse enfrascado en la creación de un nuevo disco titulado: "Aparta Chivi, que llego yo".

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