Celestino Villero, camarero de la famosa cafetería "Galaxia", habla con claridad: "Si fue la ensaladilla. Mira que yo se lo dije al dueño, que aquello me miraba con unos ojillos que no eran normales, pero el hombre me dijo que estos militares son muy duros y se lo comían todo."; Pepita de Oro, que estaba en la mesa de al lado, corrobora la versión. "Empezaron a reirse histéricamente, a mirarse las manos como si fueran instrumentos que no habían visto hasta entonces, y a decir que escuchaban voces de ultratumba que le mandaban tomar el congreso y las calles de la nación para mejor gloria del Generalísimo.". En definitiva, que la intoxicación causada por la ensaladilla les hizo fliparse y creer que podían tomar en sus manos nuestra piel de toro.
En efecto, el médico militar que les atendió con posterioridad tuvo pruebas de los efectos psicotrópicos de la ensaladilla, pero los jueces militares no le hicieron ni caso y dieron más pábulo a la versión que hablaba de la posesión diabólica por el espíritu de Paco Martínez Soria.
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